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Tus ojos se sienten pesados y poco a poco se van cerrando. Pero ¡espera!, apenas es mediodía y aún queda mucho por hacer. Tomar una siesta ¿ayudaría? o descontrolaría el resto de tu día…
¿Qué es el sueño y cómo se compone?
El sueño, ya sea por las noches o durante una siesta se compone de ciclos de 90 minutos. Cada ciclo se forma por 4 fases, mientras que una siesta puede durar entre 5 minutos y 3 horas. Esto significa que una siesta puede incluir ciclos completos de sueño o sólo unas fases.
Al quedarte dormido, entras inmediatamente a la fase 1. Esta fase dura aproximadamente entre 2 a 5 minutos. La fase 2 viene inmediatamente después y dura más o menos 30 minutos.
En la fase 2 la temperatura corporal empieza a disminuir, los músculos se relajan y los ritmos de respiración y cardíacos se hacen más regulares. Tus neuronas se disparan al unísono y crean ondas de actividad que navegan la corteza cerebral, acentuadas por chispazos rápidos de actividad neuronal, a los que los expertos llaman husos del sueño.
Al adentrarse en la fase 3, o el sueño de ondas lentas, las ondas ondulantes aumentan a medida que sus neuronas se activan en coordinación. Esta fase dura entre 20 a 30 minutos y es donde ocurre el sueño más profundo.
Después, entras al sueño REM (Rapid Eye Motion), que en una siesta dura entre 10 a 20 minutos. En REM, el cerebro se encuentra más activo, la actividad en él es similar a la actividad cerebral realizada al estar despierto. El final del REM indica que se ha completado el ciclo de sueño.
Y entonces, ¿una siesta a mediodía te ayudaría?
Depende de algunos factores. Especialmente de considerar qué fases del sueño incluiría tu siesta.
Piensa en una siesta de media hora. Ésta sería principalmente un sueño en fase 2. La fase 2 se asocia principalmente con la potencialización a largo plazo. Un proceso que se considera benéfico para fortalecer la sinapsis entre neuronas.
Algo básico para el aprendizaje.
Una siesta que dure entre 20 a 30 minutos, no alcanza el sueño profundo de la fase 3, lo que hace que sea relativamente fácil despertar después de esta. Una siesta de media a una hora, tiene los beneficios de la fase 2 y también te lleva al sueño profundo de la tercera fase.
Durante la fase 3 múltiples áreas del cerebro trabajan en conjunto para transferir información del área de almacenamiento de la memoria a corto plazo al área de almacenamiento de la memoria a largo plazo. Lo que estabiliza y fortalece la memoria a largo plazo, al emparejar los husos del sueño con ondas de frecuencia lenta.
La fase 3 es la fase del sueño de la que es más difícil despertar. Así que mientras que una siesta de 30 a 60 minutos ofrece beneficios cognitivos, esos beneficios por lo general no se activan sino hasta unos 15 minutos después de haber despertado.
Las siestas de 60 a 90 minutos entran a la fase REM. Al estar en REM, la corteza prefrontal, que es en gran parte responsable del control cognitivo y las inhibiciones, se vuelve mucho menos activa. Mientras tanto la amígdala y la corteza cingular – regiones asociadas con las emociones y la motivación – están muy activas.
Muchos investigadores han planteado que la combinación de estos factores provocan sueños extraños durante el sueño en REM.
La disminución de las inhibiciones y el control cognitivo pueden conducir a asociaciones extrañas, y gracias a la actividad de la amígdala y la corteza cingular, esas asociaciones pueden ser entre temas con grandes cargas emocionales.
Algunos investigadores piensan que esta fase nos ayuda a encontrar conexiones innovadoras entre ideas al despertar. Ya que la actividad cerebral durante REM es más cercana a la de estar despierto, suele ser más fácil despertar de REM que de la fase 3. Aunque la siesta sea más larga.
La mejor hora para la siesta
La hora del día también es importante. Nuestra necesidad de un sueño profundo como el de la fase 3 aumenta progresivamente en el día. Así que si tomas una siesta por la tarde, quizá te estés privando de la necesidad de sueño necesaria para dormir por las noches.
Esto no pasa para la fase REM. Los periodos más largos de REM ocurren durante las mañanas, así que la mayoría de las siestas matutinas ocurren en REM. Las siestas de mediodía tienen más o menos la misma cantidad de sueño en REM y sueño profundo y las siestas al atardecer contienen mayormente un sueño más profundo.
Además de todo esto, al parecer el mundo está dividido de forma muy pareja entre aquellos que toman siestas y los que no.
Los siesteros muestran por lo general beneficios cognitivos de tomar siestas, pero los no siesteros no muestran diferencia al tomar una siesta eventual. Los investigadores creen esto se debe a que los siesteros tienen más facilidad para mantenerse en una fase de sueño ligero y moverse a través del ciclo del sueño con más facilidad, mientras que los no siesteros experimentan por lo general fases más profundas del sueño al tomar una siesta. Lo que hace que al despertar su cabeza se encuentre ligeramente nublada.
Así que, ¿una siesta ayudaría? Sólo existe una forma de averiguarlo…
Información: Sara C. Mednick para TED Ed
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