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Es cierto que hablar despierta la mente y una buena conversación puede ser más estimulante que un café cargado. Sin embargo, existen varias razones por las que hablar demás suele ser un problema. Principalmente, mantener la boca abierta mantiene los oídos cerrados. La obsesión por hablar nos convierte en personas que buscan siempre tener qué decir y nos limita al escuchar una conversación.
Hablar demasiado muchas veces es reflejo de inmadurez o falta de inteligencia emocional. Muchas veces al sentirnos inseguros o al querer demostrar nuestra inteligencia o valor, solemos abrir demasiado la boca. Sin embargo, al hacer esto, es común que los demás lo perciban como una actitud muy falsa.
Al escuchar activamente podrás conocer mejor a las personas y construir relaciones más significativas a partir de esto.
Hablar te detiene de hacer
Walt Disney afirmó alguna vez “La mejor manera de empezar es dejar de hablar y empezar a hacer”. Y es que tener ambición y hablar de tus proyectos es muy bueno, pero lo único que los hará realidad será tu esfuerzo al actuar.
¿Quieres triunfar? Cierra la boca y escucha más de lo que hablas.
¿Cómo dejar de hablar demás?
- Cuando sea posible, guarda silencio. Imagina que tus palabras son dinero y gastalas sabiamente.
- Domina el arte de las pausas. Respira. Espera. Deja que la persona procese lo que estás compartiendo. El expresidente de los Estados Unidos, Barack Obama, suele realizar pausas promediadas de siete segundos entre frases al hablar.
- Deja las redes sociales. O al menos reduce el tiempo que pasas en ellas. Existen estudios que han demostrado cómo alteran nuestra percepción.
- Busca el silencio. Desconéctate. Suelta todo y dale a tu cerebro una pausa para ayudar a despertar tu creatividad.
- Aprende a escuchar. La escucha activa requiere brindar una atención total a las palabras de tu interlocutor. No solo esperar tu turno para hablar.
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