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Construir un legado es plantar las semillas de un árbol cuyo fruto probablemente nunca llegarás a probar; es inspirar a aquellos a tu alrededor a sumarse a una visión más grande y saber que tu trabajo está hecho y tu visión seguirá presente, aún cuando tú no estés. Bailando por el arte popular, con Isaac y Esteban Hernández y Dores André es ejemplo perfecto de esto. Un encuentro de arte, voluntades y amor por el arte popular mexicano y una celebración al legado de la maravillosa mujer, amiga, madre y filántropa que fue la señora Marie Thérése Hermand de Arango.
El patio central del Museo de Arte Popular se convirtió por una mañana en el escenario central estelar para recibir a los mejores del mundo de la danza, quienes por una hora abrieron una ventana para compartir a los asistentes el minuto a minuto de una sesión de ensayo para un bailarín de alto rendimiento. Una experiencia única por parte de los Amigos del Museo de Arte Popular y su embajador Isaac Hernández, en beneficio del museo y sus programas de apoyo a artesanos.
Adicional a la experiencia principal, los bailarines tuvieron clases con niñas y niños de escasos recursos quienes de la mano de Dores, Esteban e Isaac disfrutaron de una experiencia inspiradora y estimulante.
La función comenzó con los bailarines estirando para calentar sus músculos y prepararse para lo que en teoría sería un ensayo cotidiano, excepto que ésta vez podían sentir la mirada expectante y emocionada de los asistentes. Guiados por el dulce piano de la maestra Elena Nikolenko, los artistas mostraron ejercicios de rutinas de baile para trabajar distintas partes del cuerpo a diferentes tiempos y posteriormente deslumbraron a la audiencia con su habilidad para improvisar y memorizar coreografías al instante.
Saltos, giros y piruetas perfectas fueron el mejor aperitivo antes de una función impecable y de extraordinaria complicidad por parte de Isaac Hernández y Dores André de la icónica escena del balcón, del clásico Romeo y Julieta.
El momento más emotivo de la mañana se vivió minutos antes del cierre estelar, cuando Isaac Hernández dirigió unas palabras para recordar a su amiga y celebrar el legado de María Teresa. Generando aplausos y reconocimiento a éste entre los presentes. Aunque también una cierta alegría al voltear alrededor y ver que este legado permanece y se encuentra en las mejores manos para seguir cuidándolo.
Para cerrar la función con broche de oro, los hermanos Hernández provocaron una ovación de pie por minutos, al presentar su esperada despedida en Despertares, una coreografía del clásico de Frank Sinatra, My Way.
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Statement, Alan González.