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Según la filosofía de Nietzsche, la vida sin música sería un error. La música está presente a lo largo de nuestra vida para celebrar momentos felices, recordar días especiales y hasta acompañarnos en capítulos dolorosos como podría ser una despedida o un funeral. Sin necesidad de palabras, una melodía puede despertar memorias o ayudar a construirlas y hacer de un encuentro simple una historia inolvidable. Pero, ¿sabías que la música también puede curar? Así es. Ha sido científicamente comprobado que ciertas melodías y frecuencias tienen resultados positivos para el tratamiento de ciertos malestares. Estos son solamente algunos ejemplos.
Conciliar el sueño
Acuéstate, rocía un poco de esencias con aroma a lavanda, presiona play y cierra los ojos para escuchar el Nocturno op.9 No.2 de Chopin. En particular, el Nocturno en Mi bemol mayor, Op. 9, ha sido investigado por sus posibles beneficios para la salud. Un estudio publicado en el Journal of Advanced Nursing examinó los efectos del Nocturno de Chopin en pacientes con insomnio. Los investigadores encontraron que escuchar la pieza antes de dormir ayudó a mejorar la calidad del sueño y a reducir los síntomas del insomnio.
Favorita del cirujano
Según el libro The musical medicine cupboard la serenata de Toselli ha demostrado tener efectos en la recuperación de pacientes de cirugías relacionadas al sistema digestivo, además de que se le atribuyen propiedades para reducir la colitis.
Calma los nervios
De acuerdo con el estudio avalado por la Universidad de Edimburgo, Music listening in the treatment of anxiety disorders: conceptualisation and proof of concept, escuchar el Cisne del compositor francés Camille Saint-Saëns reduce la ansiedad y calma los nervios de manera inmediata.
Reduce la depresión
La pieza clásica concierto para piano no.5 de Beethoven, popularmente conocida como “El Emperador”, demostró tener impacto para reducir los niveles de cortisol y ayudar a pacientes diagnosticados con depresión clínica, según estudios de la Universidad de Oaxaca.
La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo.
Plato.
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