6 elementos clave para cuidar tu cerebro

Tiempo de lectura: 2 min.

El cerebro es considerado por muchos el órgano más importante de nuestro cuerpo. Su capacidad se considera virtualmente ilimitada y las investigaciones científicas sugieren que el cerebro humano consta aproximadamente de 86 mil millones de neuronas. Cada neurona forma conexiones con otras, lo que podría sumar hasta 1 cuatrillón o mil billones de conexiones. Mucho más potente que cualquier computadora que exista al día de hoy. Por eso, es fundamental cuidarlo. No sólo para mejorar tu rendimiento académico, profesional o diario, sino también para procurar un envejecimiento saludable

Para mantener tu mente ágil y cuidar tu cerebro, te presentamos 6 elementos clave para mantenerlo en las mejores condiciones.

Ejercicio

La actividad física mejora la función cognitiva, la memoria, la eficiencia y la atención. Además previene el deterioro cognitivo.

Hidratación

El cerebro es 80% agua, por lo tanto, la hidratación es indispensable para su buen funcionamiento.

Sueño

Sin importar lo que te digan, o creas, es fundamental dormir entre 7 y 9 horas al día. Sin el sueño, es imposible formar y mantener las vías cerebrales que permiten aprender y crear nuevos recuerdos. Además, limita la concentración y la capacidad para responder rápidamente.

Aprendizaje

Se ha demostrado que el aprendizaje, especialmente aquel que va acompañado de placer, actúa como un tónico o como un antioxidante porque permite la liberación de una serie de factores neurotróficos, es decir químicos que protegen y favorecen el crecimiento de nuestro cerebro y, además retardan el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.

Convivencia

Se ha comprobado que la socialización, especialmente con amigos y familiares queridos, favorece la salud cerebral y protege el cerebro contra el deterioro cognitivo y la demencia.

Alimentación

La nutrición es siempre importante, pero cobra mayor importancia cuando se trata de la función cerebral. La composición de cada comida tiene un efecto directo en la producción de las señales químicas del cerebro. Por medio de ella podríamos influir sobre nuestro humor  y comportamiento, reducir la depresión, la ansiedad, la neurosis y varios trastornos del sueño.

Share

images

Unsplash, Pexels, Pixabay.

Other contents

{"dots":"false","arrows":"true","autoplay":"true","autoplay_interval":3000,"speed":600,"loop":"true","design":"design-2"}
{"dots":"false","arrows":"true","autoplay":"true","autoplay_interval":3000,"speed":600,"loop":"true","design":"design-2"}
{"dots":"false","arrows":"true","autoplay":"true","autoplay_interval":3000,"speed":600,"loop":"true","design":"design-2"}
{"dots":"false","arrows":"true","autoplay":"true","autoplay_interval":3000,"speed":600,"loop":"true","design":"design-2"}
{"dots":"false","arrows":"true","autoplay":"true","autoplay_interval":3000,"speed":600,"loop":"true","design":"design-2"}